No se trata de una película de ciencia ficción, es una enigmática pieza de alta relojería, de la cual sólo existen 20 unidades. Es una preciada colección que fue desarrollada específicamente para el mercado mexicano.

 

Edouard Meylan CEO del “Very Rare” universo de H. Moser & Cie fue quien nos explicó un poco de cómo la marca se ha abierto paso en el mundo de los coleccionistas de relojes, en su segunda visita a nuestro país. Su familia se ha consolidado como la propietaria de una marca suiza con casi 200 años de historia; en la que desarrollan piezas excepcionales desde 2012.

 

Mirada singular

 

“Se podría decir que era un diamante, cuando la adquirimos, pero decidimos que podíamos darle una nueva forma y sacarle aún más brillo. Eso es lo que hemos hecho con la empresa; ha requerido de un trabajo duro. Sabíamos que la marca era especial, pero que le podríamos brindar una nueva energía, imbuir una nueva dinámica”, comentó Edouard, al iniciar la charla.

 

La ambición del futuro

 

Al preguntarle, ¿cómo fue que voltearon su mirada a México? Contestó: “Hace tres o cuatro años comenzamos a colaborar con Berger, fue un comienzo lento y hermoso. Sin embargo, pensamos, en tomarnos el tiempo para desarrollar ideas geniales y aquí estamos hoy”. Sonriendo, continuó: “ese fue solo el comienzo, nos gusta hacer las cosas de una forma diferente. Nos gusta desarrollar productos específicos para cada mercado, pero tienen que ser una buena idea, que nos desafié y como consecuencia surgió el Pioneer Tourbillon Allende”.

 

Polvos de estrella y precisión suiza

 

Estamos narrando la historia de algo extraordinario, que viene de una travesía entre galaxias. El meteorito Allende inició su travesía mucho antes de la existencia misma de la Tierra. Atravesó las eras hasta que el 8 de febrero de 1969, al amanecer, una bola de fuego surcó el cielo sobre Pueblito de Allende, en el estado de Chihuahua, México.

 

Se trataba de un meteorito en caída libre, tras varios miles de millones de años de viaje. La explosión fue monumental. Llovieron fragmentos, algunos del tamaño de melones. El fenómeno fue visible a simple vista, desde el espacio... y en los canales de televisión mexicanos. Pero el verdadero espectáculo era

invisible: el meteorito Allende es 27 millones de años más antiguo que la Tierra. Esta condrita carbonácea, con una antigüedad de 4,567 millones de años, es una muestra intacta de la materia original que formó al sistema solar. Inalterada, no transformada, un vestigio puro de la época en que los planetas eran solo calor y polvo.

 

Material preciado

 

El meteorito Allende, posee  inclusiones minerales ricas en calcio y aluminio, que le otorgan su apariencia brillante, así como compuestos de carbono complejos, incluidos aminoácidos: moléculas de vida que cayeron del cielo mucho antes de que existiera siquiera la noción de la respiración.

 

Esculpido a partir de un fragmento del meteorito Allende, este reloj es más que un simple objeto: es un portal entre lo infinito y lo tangible, entre las estrellas y la muñeca. Entre México, lugar del impacto, y Suiza, cuna de la relojería. Nuestro país no fue elegido al azar, fue una decisión de raíces profundas e incluso es una declaración de intenciones.

 

Extremadamente excepcional

 

El Pioneer Tourbillon Allende trasciende el tiempo, lo porta, lo mide y le da un rostro, disponible en dos versiones con características excepcionales:

 

·      Alojadas en una caja de 42,8 mm, hermética hasta12 ATM: la primera, elaborada en oro rojo 5N y titanio tratado con DLC negro (Pioneer Tourbillon Allende RG/Ti); la segunda, en acero (Pioneer Tourbillon Allende ST). Ambas están adornadas con una esfera del meteorito Allende, cortada, pulida y sutilmente realzada.

 

·      Cada esfera comienza como una delgada lámina de meteorito, cortada mediante CNC en un medio líquido para preservar su estructura. Humedecida y examinada minuciosamente, cada sección se selecciona a ojo por su belleza natural y luego se fija delicadamente a una placa metálica. Fresada, abrillantada y pulida a mano, va revelando poco a poco las líneas profundas y los matices celestiales de la piedra.

 

 

·      La esfera, está montada sobre una base de latón, replicando la precisión del lapidario con la experiencia relojera.

 

·      Los detalles del meteorito varían según el corte y acabado pulido, así como la estructura del propio material.

 

 

·      Las esferas son como fragmentos del firmamento, congelados en el tiempo, imposibles de replicar, por lo que cada reloj es único.

 

·      A las 12 horas, tres puntos luminiscentes en verde, blanco y rojo, dispuestos en el realce interno, son un homenaje sutil a la bandera de México, país donde impactó el meteorito y núcleo de esta colaboración exclusiva.

 

 

·      En el corazón del Pioneer Tourbillon Allende late el calibre de la Manufactura HMC 804, un movimiento automático con tourbillon volante de un minuto que cuenta con una espiral doble.

 

·      La parte trasera de la caja presenta un grabado exclusivo para esta edición. La pieza se sujeta a la muñeca mediante una correa de caucho negro, ideal para los exploradores de hoy en día, ya sea que se dirijan a las estrellas o solo a la ciudad.

 

Sello de exclusividad

 

No se presenta en un estuche convencional. Viene en un monolito negro: sobrio, enigmático, casi solemne. Fabricado en tablero DM con acabado metálico negro, la verdadera magia comienza cuando se abre: una serie de LEDs verdes bañan el reloj con un resplandor de ciencia ficción, mientras que el interior del espejo evoca el vacío del cosmos, un fragmento suspendido en el espacio.

Este es sólo el principio de una mirada singular entre México y la alta relojería de H. Moser & Ci. Muchas cosas están por venir en la Copa del Mundo y habrá más sorpresas.